Mitos de la miel que no debes creer

Mitos de la miel que no debes creer

Ximo Martínez Primo

La miel ha sido apreciada durante milenios tanto por su sabor como por sus propiedades naturales. Sin embargo, a lo largo del tiempo han surgido muchas creencias que pueden llevar a confusión sobre este producto artesanal. 
En este artículo desmiento algunos de los mitos de la miel más frecuentes y los contrasto con la realidad, de acuerdo con la filosofía de Miel Mayem de promover una miel 100% natural y artesana. 

Mito 1: La miel cristalizada está en mal estado

Otro de los mitos más extendidos es creer que si la miel se cristaliza (es decir, se vuelve dura o aparecen gránulos azucarados), significa que se ha echado a perder o que tiene azúcar añadido. Esto es falso. La cristalización de la miel es un proceso natural que no indica ningún deterioro.

Al contrario, el hecho de que una miel cruda cristalice suele ser señal de que no ha sido sobrecalentada ni filtrada en exceso, conservando así sus propiedades naturales. En otras palabras, la miel cristalizada se puede consumir perfectamente y mantiene su sabor y sus beneficios.

Si prefieres la miel un poco más líquida, puedes devolverla a su estado fluido calentando suavemente el frasco al baño María (agua tibia, nunca hirviendo, para no dañar sus nutrientes). Pero nunca metas la miel al microondas ni la hiervas, porque podrías destruir sus enzimas y aromas naturales.

Mito 2: La miel solo sirve para endulzar

La miel aporta mucho más que dulzor: de entrada, su composición nutritiva es más compleja que la del azúcar común. Contiene, además de azúcares naturales, aminoácidos, vitaminas, minerales (como hierro y zinc) y antioxidantes.

Por si fuera poco, la miel también brilla en el mundo cosmético y culinario. En cosmética natural se integra en mascarillas hidratantes y exfoliantes caseras, aprovechando sus enzimas y antioxidantes para nutrir la piel. Y en la cocina, la miel es un ingrediente tremendamente versátil: más allá de endulzar infusiones, postres o desayunos, se utiliza para marinar carnes, glasear verduras, preparar aliños y salsas caseras.

Mito 3: ¿La miel tiene fecha de caducidad?

Es común ver en los envases de miel una fecha de consumo preferente y pensar que, pasado ese tiempo, la miel “caduca” o se pone mala. En realidad, la miel natural no caduca si se conserva adecuadamente. De hecho, es uno de los pocos alimentos que prácticamente no tienen fecha de caducidad porque no se deteriora ni sufre descomposición como otros alimentos. Esto se debe a sus características únicas: tiene muy bajo contenido de agua, altísima concentración de azúcares naturales, un pH ácido y sustancias antimicrobianas, lo que dificulta el crecimiento de microorganismos y la mantiene estable durante décadas o incluso siglos.

Ahora bien, ¿por qué entonces los botes de miel incluyen una fecha? Por normativa alimentaria, todos los alimentos envasados deben llevar una fecha de consumo preferente pero en el caso de la miel no indica una caducidad real. Esa fecha orientativa señala el periodo en el que la miel conserva óptimamente su aroma, sabor y textura.

Si tienes alguna duda sobre nuestros productos o su procedencia, puedes ponerte en contacto con nosotros a través de WhatsApp o teléfono en el (+34) 623 232 074, o enviarnos un correo electrónico a hola@mielmayem.com. ¡Estaremos encantados de atenderte y de compartir nuestra pasión por la miel natural!

 

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