
Así es la vida de una abeja melífera
Ximo Martínez PrimoLas abejas melíferas (Apis mellifera) son auténticas arquitectas de la naturaleza. Su vida, aunque breve para algunas, está marcada por una organización estructurada. Desde su nacimiento hasta los últimos días fuera de la colmena, la vida de una abeja está marcada por tareas muy concretas, todas necesarias para que la colmena funcione bien.
De huevo a abeja adulta: un ciclo natural
Todo comienza cuando la reina, única hembra fértil de la colonia, pone los huevos en las celdas de cera del panal. Puede llegar a depositar hasta 1.500 huevos al día durante la época de máxima actividad. Esa fase inicial da paso a las siguientes etapas de desarrollo:
- Larva: tras la eclosión, las obreras alimentan a las crías con jalea real y néctar/polen durante cerca de seis días.
- Pupa: la larva se compacta y desarrolla órganos como alas, patas y antenas en una casi ocultación total dentro de su célula.
- Adulto: al salir, la abeja entra directamente en su entorno de trabajo. Cada casta tiene un destino diferente: obreras, zánganos o posibles nuevas reinas.
Así, en unos 21 días desde la puesta del huevo, surge una nueva abeja, preparada para asumir su rol dentro de la colonia.
Tres castas y miles de tareas
La colmena se compone de tres castas principales, cada una esencial para la supervivencia colectiva:
- Reina: Su misión es poner los huevos y mantener la cohesión del grupo mediante feromonas. Puede vivir entre 3 y 5 años.
- Zánganos: Machos de cuerpo robusto destinados únicamente a aparearse con reinas vírgenes en vuelo. No recolectan comida ni defienden la colmena.
- Obreras: Hembras no fértiles que representan la mayor parte de la población. Su vida dura entre 6 y 20 semanas, según la época del año. Su trabajo es diverso y evoluciona con su edad: limpian los panales, alimentan a las larvas, construyen con cera, ventilan, defienden y, al final, salen a buscar néctar, polen, agua y propóleos, volando frecuentemente hasta 3–5 km.
La polinización: misión esencial fuera de la colmena
Las obreras forrajeras recorren a diario plantas para recolectar néctar y polen. En esa labor transportan polen de una flor a otra, siendo indispensables para la reproducción de muchas especies vegetales. Además, dentro de la colmena, transforman ese néctar en miel a través de un proceso de regurgitación y evaporación. Luego lo almacenan en celdas y lo cubren con cera, garantizando alimento durante el invierno.
¿Por qué importa conocer su vida?
Entender la vida de una abeja ayuda a valorar la importancia de cada frasco de miel natural que llega a tu mesa. Detrás de cada tarro de Miel Mayem hay miles de abejas obreras, reina y Zánganos, trabajando en conjunto, organizándose y construyendo su hogar natural bajo condiciones impecables.
Protegerlas es una labor fundamental. En Miel Mayem, agradecemos el trabajo de las abejas y nos preocupamos en ofrecer la miel española 100% natural.